La economía del siglo XXI, con un coste de varios billones de
dólares, ha permitido que la tecnología tenga una mayor apertura. Esta
ha sido impulsada por tendencias que han cambiado la naturaleza de los
empresarios; especialmente, cómo estos serán caracterizados en un
futuro. Asimismo, serán los ejecutivos industriales con potencial en el
ámbito tecnológico, los más demandados por startups emergentes.
En el 2007, Apple reformó completamente la industria tecnológica con
el lanzamiento del iPhone. Es difícil imaginar que tan sólo han pasado
ocho años desde el lanzamiento del primer smartphone mejor vendido, sin
embargo, no se puede negar su impacto en todo el mundo. Más allá de la
creación de una nueva dimensión científica, surgió un fenómeno mundial
que cambió tanto el destino de los teléfonos móviles como el de la
industria tecnológica. Mediante la creación de tecnología intuitiva para
las masas, los consumidores empezaron a verla como algo más que una
simple herramienta laboral. Economistas, abogados, médicos,ingenieros y
personas de todos los sectores económicos no sólo tenían una herramienta
para la productividad, sino una indispensable pieza tecnológica que
adoptaron como algo indispensable en sus vidas.
Por eso mismo, estos consumidores pueden ahora apuntar hacia ahora
hacia un nuevo estándar de ciencia utilizable. Hay que recordar que la
tecnología es un fenómeno cambiante que necesita de constante
renovación. El software legal engorroso que no permita al abogado buscar
casos fuera de la oficina ya no es aceptable. Para aquellos fuera del
silo de Silicon Valley, entre las conversaciones que se pueden escuchar
durante el almuerzo, un trabajador podrá decir: “¿No sería bueno si
hubiera una aplicación para… ?”. Por desgracia, estas conversaciones
ocurren a menudo demasiado lejos de los oídos de Silicon Valley; que
todavía está dominada por la charla de lo que será el próximo WhatsApp
o Instagram. Aun así, un nuevo tipo de empresario está emergiendo y
reaccionando a los retos que desafían a su sector. No obstante, a pesar
de que estos empresarios cuenten con bastante iniciativa y con
oportunidades de hacer un impacto para cambiar el mundo, muchas veces,
estos ejecutivos no encajan dentro del arquetipo fundador que muchos
inversores de Silicon Valley buscan.
Décadas anteriores vieron cambios similares en las caracterizaciones
del empresario. Durante los años 90, cobra auge el MBA de Harvard el
cual aplica técnicas de gestión tradicionales para aprovechar las
tecnologías novedosas de internet. Por otra parte, la primera década
del siglo XXI trajo consigo la “Ciencia de la Computación de Stanford de
22 años” la cual aplicó tecnología a una industria inestable. Ahora, en
esta década, estamos respondiendo a una nueva ola de la iniciativa
empresarial compuesta por ejecutivos de la industria de la ciencia, con
la intención de impulsar la tecnología aún más y deshacerse de cualquier
industria no tecnológica.
Durante los últimos 2 años he tenido la oportunidad de ver de primera
mano este cambio como el socio gerente de Silicon Valley Software Group
(SVSG), una firma de directores enfocada en ayudar a las empresas con
su estrategia de tecnología. SVSG ha visto empresarios que van desde
productores de cine y vocalistas de las bandas de rock más famosas,
hasta ejecutivos de viajes y gerentes de fondos; todos tratando de
mejorar en su área a través del uso de la tecnología. Después de una
serie de compromisos similares, surgieron algunas observaciones:
En cada compañía, los empresarios miran como la adopción de la
tecnología crea nuevas oportunidades. Por consiguiente, los ejecutivos
se concentran en un producto en específico el cual surja de esta
apertura científica. Sin embargo, he podido notar que estos empresarios
no tenían mayor experiencia con la tecnología. Es más, la mayoría de
estos empresarios no tenían conexiones pertinentes con la comunidad de
Silicon Valley. Y fue entrar a este círculo lo cual les permitió darse
cuenta de las oportunidades que la ciencia de la tecnología presenta.
La combinación de capital de crecimiento, el talento multidisciplinar
y mentores que fomentan mejores prácticas en base a cómo crear un
hiper-crecimiento, es comúnmente dado por sentado por empresarios que
forman parte del ecosistema. Sin embargo, la desconexión entre los que
forman parte de Silicon Valley y los que se encuentran afuera es
impactante. Muchas de las empresas que SVSG ha encontrado no tienen la
capacidad de reunir capital estratégico en un primer inicio debido a que
sus negocios son demasiado arriesgados en cuanto a ciertos errores
comunes que las compañías de Silicon Valley no cometen. Por esto mismo,
conceptos tan simples como la metodología de lean startup son
bienvenidos para impulsar a estos empresarios no nativos de Silicon
Valley.
Estos nuevos fundadores tienen ahora como misión crear un vínculo más
fuerte con Silicon Valley. Hasta la fecha, esto se ha visto
obstaculizado debido de la mentalidad estrecha de esta región. Sin
embargo, las fuerzas del capitalismo se impondrán y estos nuevos
empresarios encontrarán su propia comunidad para colocarse alrededor.
Los inversores de Keen guiarán a la manada y aprovecharán los mercados
existentes para generar el cambio. Incubadoras y aceleradores surgirán
con enfoque en los empresarios con experiencia en la industria
tecnológica. Nos encontramos en un boom de tecnología el cual ha
permitido la apertura de un sinnúmero de maneras de aplicar esta a
industrias las cuales no han demostrado ningún cambio en las últimas
décadas. Para los que están sentados en la oficina de la esquina, ha
llegado el momento de salir porque hay mercados para interrumpir.
https://www.toptal.com/it/la-nueva-ola-de-la-empresarialidad/es
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